Entre la ignorancia y la incredulidad,
no entraba en mis intereses obtener beneficio de recursos con los que me
relaciono cotidianamente, siendo que el uso de las TIC para la enseñanza de la
historia, además de novedoso resulta atractivo, pues nos valemos y aprovechamos
del interés de los niños y su relación cotidiana con la tecnología, dando la
pauta a que el tiempo que pasan frente a la computadora sea provechoso.
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